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Aún intactas… carta a mi misma.

Actualizado: 17 ene 2022

Que placer escribirte esta carta con una sonrisa en los labios y saber que va a ser la misma que tengas cuando me leas.

¿Qué típico seria decirte que me siento orgullosa de ti y de la mujer en la que te has convertido no? Pero sin duda es así. Y mas que orgullosa me siento en paz.


Cada vez que trato de recordar nuestra infancia, por mas que haya sido en una familia un poco desordenada, no puedo evitar decir que fue una infancia feliz. No se si fue posible recibir mas amor, tuvimos tanto que ahora nos sale a borbotones y somos capaz de dar lo mismo que recibimos. Siempre junto a Maryuri, siempre cerquita de esa mujer que callo tanto y amo tanto.

Que lindo crecer en una biblioteca llena de cuentos y de tanto arte y creatividad. Correr por el parque libre como un animalito en la selva, treparte de todos lados y explorar tanto hasta llegar a perderte horas sin tener miedo de nada. Curiosa e independiente. Dios bendiga esas características intactas en ti.

Ser adolescente en un mundo tan injusto forjo ese carácter y esa capacidad de defender lo que para ti era justo, de ir en contra de todo y cuestionarlo todo. Nunca quisiste encajar ahora que lo pienso, siempre fuiste la que rompía las normas, la que llegaba al grupo con las nuevas ideas. La que no seguía la corriente. Madeleine la roquera, la hippie, la modelo, la patinetera. Todas ellas tuvieron su momento y de todas quedo algo hasta que finalmente conseguiste tu estilo. Te apasionaba todo, defendías todo a muerte. Amabas con locura y odiabas con intensidad. Llorabas con profunda tristeza y reías a carcajadas. Siempre tan absoluta e impulsiva, y si, que Dios bendiga también esas características aun intactas en ti.


¿Qué duro ser adultas no? Empezar a coleccionar lecciones realmente importantes, de esas que marcan eternamente. Vivimos de adultas la perdida mas grande que hemos tenido hasta ahora: Isabel. Vivimos el éxito con Le Madeleine y vivimos lo duro de perder todo en horas, tomamos la decisión mas difícil hasta ahora: irnos del país que tanto amamos y que nos vio nacer. ¿Como guardaste 27 años en dos maletas? Te diste cuenta de lo poco que importa lo material porque lo que realmente te querías llevar pesaba mas de 46kg y no cabe en dos maletas.


Ahora que miro hacia atrás mantengo la misma idea de no arrepentirme mas que de no haber pasado mas tiempo con Isabel. Pero amo nuestra vida, abrazo el dolor por el que hemos pasado, la soledad, las lagrimas y los momentos oscuros porque ahí brillamos, ahí nos sacudimos de haber caído bajo, nos levantamos y caminamos con lágrimas, caminamos con risas. Corrimos con miedo, pero siempre para adelante. Siempre tan rebelde y tan soñadora, Dios bendiga esas dos características aun intactas en ti.


En contra de todo creemos en Dios, porque no puede ser obra de nadie mas haber escrito este guion para esta película que es nuestra vida. ¿Quién puede ser más creativo que Dios para poner al hombre de tu vida en un boliche de Buenos Aires el día que te dispones a disfrutar tu vida como te mereces? Recuerdo como si fue ayer cuando brindaste esa noche y dijiste “a partir de hoy voy a vivir la vida que me merezco” y tu bendito poder de la palabra siempre haciendo de las suyas, esa intensidad con la que deseas cuando algo viene del corazón hizo que ahí entre los tantos hombres que fuman, eligieras al padre de tu hija.


No todo en nuestra vida ha sido como queremos, pero que bueno que es asi porque gracias a eso hoy estamos aquí aprendiendo a cuidarnos, aceptarnos, tenernos paciencia y compasión y sobre todo a amarnos y respetarnos. A confiar en nosotras mismas, prometernos y cumplirnos las promesas y defendernos incluso de nosotras mismas. Gracias ansiedad, gracias depresión. Sin ustedes no estaríamos tan cerca de nosotras misma como estamos ahora. Sin ustedes no seriamos tan conscientes de la magia que tenemos dentro, de lo lindo que es ser tan sensible y de lo fuerte que nos hace ser vulnerables.


Gracias maternidad por enseñarnos a ser hija a la vez que nos enseñas a ser madre de Isabella y madre de nosotras mismas.

Siempre tantas en una sola, Dios bendiga a todas las que habitan en ti, aun intactas ahí dentro.



Atte Madeleine Landaeta Goicochea.

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