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PIÉRDETE

Antes de escribir la historia de hoy le pregunte a mi hermana, mi tía y mi mama sus versiones y me dieron versiones distintas, pero de igual forma voy a tratar de no dejarme contaminar y contare la mía. ¿Total… si yo la creo y tú la crees, quien dice que no es verdad?


Yo creo que desde que tengo uso de razón me gusto andar así sin mucho rumbo, solo ir por ahí y descubrir cosas. Al salir de mi colegio tenia justo la parada de autobuses que me dejaban en la esquina de mi casa, pero me gustaba ir hasta la otra parada que estaba mas lejos y tomar otro autobús. A veces cuando juntaba el dinero que me quedaba de las meriendas iba al centro de caracas a comprarme cintas y ganchitos para el pelo o pulseras. Amaba las pulseras y tenia que tener las que estaban de moda sí o sí. No para encajar o para presumir, me gustaba tenerlas para mí.


Un día me perdí. Aun no tengo claro como fue, mi mama dice que fui a visitar a una amiga que estaba enferma, yo creo que me perdí en el maravilloso mundo de las galerías que venden cosas al mayor. Yo recuerdo haber estado muy distraída viendo cuanta cosita para adornarme había. No les puedo explicar lo que trabaja mi mente cuando estoy inspirada, cuando estoy rodeada de lo que me gusta. Es como droga para mi estar entre un montón de cosas con las que puedo crear, con las que puedo transformarme a mi e imaginar transformar el mundo.


Todavía me pasa que puedo estar horas caminando en una plaza llena de libros, en una mercería viendo botones, en una tienda de telas, en una librería viendo cuadernos y agendas. Me olvido de que el tiempo existe, que tengo cosas que hacer, que hay decisiones que tomar, que hay problemas que resolver y casi me puedo olvidar que tengo que comer, pero eso no se me olvida.


A veces me gustaría estar tan perdida que pueda encontrarme mas seguido conmigo misma, perderme del día a día y encontrar esos instantes en donde esta Madeleine sin preocupaciones, casi levitando en un espacio de tranquilidad en donde mi mente cree firmemente que todo es posible.


Tenía 12 años cuando se me hizo de noche en Catia, en caracas (lo difícil que es esa zona). Aun tenia el uniforme de la escuela, ya todos los locales cerraban y ya se le iba el color a mi día y me iba cayendo de a poco la realidad. Estaba sola, en una zona roja de la ciudad sin saber como volver a mi casa y con miedo de preguntar porque si sabían que estaba perdida se podían aprovechar. Ya ahí no estaba inmersa en el mundo creado en mi mente en donde todo esta bien, la realidad es otra, la gente no tiene la suerte que tuve yo de crecer pensando que si haces el bien te va bien, por lo menos no la mayoría. Por lo menos no los que estaban esa noche ahí, con ojos saltones tirados en la calle con botellas de anís en la mano o quemando alguna sustancia quizás para perderse tanto como yo estuve rato antes.

¿Y sabes por qué nunca dejó de ser esta persona que le tiene fe a la humanidad? Porque esa noche, entre todos los policías con malas mañas que había en mi país, me conseguí con un par que me subieron a la unidad, me preguntaron donde vivía y me llevaron a mi casa. Llegue a la esquina de mi casa en una patrulla que no tenia ganas de disimular e iba con todas las luces encendidas y creo que,hasta la sirena, y le dieron un sermón a mi mama.

Pobre mi mama, que podía hacer ella si ya yo estaba fabricada con esta capacidad de inventar aventuras, de perderme en mi mente y en la vida real, de no tomar en cuenta el tiempo, de andar por ahí como si nada y como si nadie. No era culpa de ella que yo me perdiera ese día y que todavía me siga perdiendo.


Te deseo que te pierdas un día, porque perderse te lleva a mirar cada cosa como si fuera la primera vez, a descubrirte, a tener miedo y a vencer ese miedo, a ser creativo y a tener fe. Cuando te pierdes puedes reinventarte en cada paso hasta que puedas saber quien quieres ser y mostrarte en el momento que lo desees. Creo que cuando estas perdido, en realidad la vida te está dando una oportunidad que descubras algo nuevo en ti o en el mundo. Disfrútalo, piérdete un día, o el tiempo que necesites.


VERSION DE MI TIA Y MI MAMA: Estabas en casa de una amiguita haciendo tareas en Catia, y cuando te tenias que regresar te confundiste de autobús. Estábamos en la parada esperando que llegaras y llegaste en una patrulla. A juzgar por mi historial, creo que tal vez les mentí un poco.


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